martes, 21 de abril de 2015

DISIDENCIA CONTROLADA: El Origen Capitalista Del Comunismo y El Socialismo


Karl Marx

DISIDENCIA CONTROLADA: El Origen Capitalista Del Comunismo y El Socialismo

El Origen Capitalista Del Comunismo y El Socialismo

Abril 10, 2015
“No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.” Proverbios 4:27

Siguiendo con el tema de la disidencia controlada, y sus implicaciones en el mundo actual, he querido profundizar un poco más en aquellos mitos de “resistencia”, que el “establishment” nos da como alternativa; corrientes de pensamiento o instituciones que solo nos deja ver para seguirnos oprimiendo.

En este post, quisiera referirme a nacimiento de la “izquierda” política; ese camino que nos dejaron, como alternativa para que supuestamente “el pueblo”, pudiera acceder al poder.

Como dijo Mayer Amschel Rothschild:
Dame el control sobre la moneda de una nación, y ya no me importará quien haga sus leyes”
 
El 5 de mayo de 1818, en la ciudad alemana de Trier, un bebé nació y recibió el nombre de Moisés Mardoqueo Levi Marx, en su primera juventud, se hizo conocido como un cristiano de familia reconocida, pues su padre, Hirschel ha-Levi Marx, Juez de la Corte Suprema, se había “convertido” al cristianismo de manera oportunista en 1816; es por esta razón que el historiador Richard Laufner demostraria en 1975 que Karl Marx fue bautizado en 1824, a los seis años de edad, y se le dio el nombre cristiano Karl Heinrich. 

Joven Marx fue a un colegio de jesuitas, que había sido reestructurada como una escuela secundaria secular. Al mismo tiempo, se fue a una escuela talmúdica, donde se enteró de que los Judios deben gobernar el mundo. Bernard Lazar (Lazana), (1865-1903), un funcionario y publicista muy conocido dentro del judaísmo, confirmó que Marx había sido afectados por Talmudismo.



Carlos Marx, es quien ha dado el ejemplo al haber sido financiado por quien supuestamente, en el plano teórico, constituía el paradigma del enemigo de clase. Me refiero al banquero Lionel Nathan Rothschild (con residencia en Londres), perteneciente a la dinastía bancaria originaria de Alemania (Frankfurt) de igual nombre. Frente a esta afirmación, normalmente los marxistas e izquierdistas, así como sus predecesores progresistas, se ponen furiosos e intolerantes, se niegan a escuchar cualquier fundamento y lo que es peor, entran en un estado de ira e indignación casi incontrolable. No sólo no lo admiten sino que lo consideran un insulto.


...La ideología de Karl Marx fue una artimaña histórica, una estratagema de la élite dominante. Marx estaba relacionado con la familia Rothschild..”

“Nathan Rothschild le dio a Marx dos cheques de varios miles de libras para financiar el socialismo. Los cheques fueron expuestos en el British Museum, después que Lord Lionel Walter Rothschild, un fideicomisario, legó su museo y biblioteca al British Museum,” argumenta David Rivera en Aviso final: una Historia del Nuevo Orden Mundial.

La Revolución Rusa


Existen numerosas evidencias que demuestran que también la Revolución rusa de 1917 fue financiada por la banca internacional liderada por un poderoso sindicato de banqueros instalados en Wall Street y Londres. 

El influyente Rabino Wise declaraba lo siguiente en el New York Times del 24 de marzo de 1917: «Creo que de todos los logros de mi pueblo, ninguno ha sido más noble que la parte que los hijos e hijas de Israel han tomado en el gran movimiento que ha culminado en la Rusia Libre (¡La Revolución!)». 

Asimismo, del Registro de la Comunidad Judía de la ciudad de Nueva York, se extrae el siguiente texto: 

«La empresa de Kuhn-Loeb & Company sostuvo el préstamo de guerra japonés entre 1904 y 1905, haciendo así posible la victoria japonesa sobre Rusia… Jacob Schiff financió a los enemigos de la Rusia autocrática y usó su influencia para mantener alejada a Rusia de los mercados financieros de los Estados Unidos». 

En 1916 se celebró en Nueva York un congreso de organizaciones marxistas rusas. Estos gastos fueron sufragados por el banquero judío Jacob Schiff. Otros de los banqueros que asistieron e hicieron generosas donaciones fueron Felix Warburg, Otto Kahn, Mortimer Schiff y Olaf Asxhberg. 


Sin embargo, según la historia oficial que se enseña en las escuelas y en las universidades se asegura que las revoluciones de 1905 y 1917 en Rusia se debieron a un minúsculo grupúsculo de revolucionarios marxistas que, liderados por Lenin y Trotsky lucharon heroicamente contra la opresión y la tiranía zarista logrando alcanzar el poder e implantar un sistema, el marxista, que había sido diseñado por un judío alemán varias décadas antes para ser implantado en la Alemania industrializado, y no en la paupérrima Rusia rural y desindustrializada. Consecuencia: la revolución marxista creó más miseria y desheredados que el propio sistema que pretendía erradicar. 

Para toda empresa, incluida la implantación del marxismo, se necesita mucho dinero, un dinero cuya procedencia jamás aclararon los líderes del marxismo. Sin dinero e influencias no se puede lograr nada.

Frederick C. Howe explica en Confessions of a Monopolist (1976) cómo funciona la estrategia en la práctica: 

“Éstas son las reglas de los grandes negocios: consigue un monopolio y haz que la sociedad trabaje para ti. En tanto creamos que los revolucionarios y los capitalistas internacionales están a la greña, dejaremos de ver un punto crucial [ ... ] la asociación entre el capitalismo monopolista internacional y el socialismo revolucionario para su mutuo beneficio.”

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