miércoles, 25 de mayo de 2011

La Carta de la Tierra y la Nueva Era...


LA CARTA DE LA TIERRA Y LA NUEVA ERA
10 Febrero 2009
del Sitio Web TrinityATierra

Nadamos en mares de confusión conceptual, no hay más que ver el lío que se hacen algunos cuando no saben definir la palabra “sionismo” o el concepto “Nueva Era”, aunque esa ignorancia no les impide emplear el término a todas horas y asocian alegremente hasta a su madre con el movimiento “Nueva era, mientras que otros caen en la trampa de la Nueva Era dejándose embaucar por sus dulces palabras sobre la espiritualidad sin conocimiento y la redención global.
La mayor parte de estos problemas surgen por algo tan sencillo como es que la gente no lee o no sabe leer (es decir, comprender los textos que tiene delante y supuestamente “ha leído”), pero, sean cuales sean las causas, esto no es más que un ligero aperitivo para entender la enorme confusión en la que estarán envueltas las mentes de la mayor parte de las personas cuando el totalitarismo ideológico se implante definitivamente.

Los únicos textos fácilmente accesibles serán los que nos dejen leer y los únicos diccionarios serán los de “Neolengua”, así que te digo:
  • lee mientras puedas
  • aprende mientras puedas
  • discierne mientras puedas
  • hazlo vorazmente porque el tiempo se agota...

 
¿Qué es la Carta de la Tierra?

La Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (también llamada la Comisión Brundlland) hizo un llamamiento en 1987 para una “nueva carta” que estableciera un conjunto de nuevas normas para guiar la transición hacia el desarrollo sostenible (Nuestro Futuro Común, 1987).

Se hizo un borrador de dicha Carta de la Tierra por parte de la ONU que se presentó en Rio de Janeiro en 1992. La Carta de la Tierra puede entenderse en el marco de la llamada “Agenda 21“, un programa de las Naciones Unidas para promover el desarrollo sostenible

En 1994 , Maurice Strong y Mijhail Gorvachov miembros del Consejo de la Carta de la Tierra, relanzaron el proyecto como si fuera una iniciativa social civil con el apoyo del Gobierno holandés.

La Comisión de la Carta de la Tierra fue creada por el Consejo de la Tierra y la Cruz Verde Internacional, creada en 1997, fue la encargada de la redacción y o supervisión del texto final y de darla a conocer en el año 2000 en el cuartel general de la UNESCO en Paris.

Muchos de los que recién están despertando a la realidad de la “globalización” puede que no hayan oído mencionar este término, aunque sin embargo las derivaciones e implicaciones de la misma nos inundan.

(Nota: Siempre escribo “globalización” entre comillas porque se globaliza únicamente el poder centralizado, que se hace absoluto y navega libremente en su medio de supervivencia, el medio financiero, que como ya sabemos no está basado en el dinero, sino en la deuda que recae sobre los "ciudadanos de a pie", todo lo demás está más atomizado que nunca.)
De esta forma el Consejo de la Tierra, una organización no gubernamental internacional, fue creado en Septiembre de 1992 para promover y avanzar en la implementación de los acuerdos firmados en la Cumbre de la Tierra. Sus actividades principales incluyen proyectos relacionados con la economía y el desarrollo sustentable, la gobernabilidad, la mediación y resolución de conflictos, y la participación pública.

A partir del año 2000, se apoyó formalmente la campaña por parte de más de 2500 organizaciones, que representan a millones de personas, nacionales e internacionales, instituciones como la UNESCO y la IUCN.

Más de 400 ciudades han tomado resoluciones de apoyo y aceptación de la Carta de la Tierra y miles de personas en todo el mundo apoyaron por medio de la campaña online el contenido de la Carta, de forma que para 2005, la Carta de la Tierra se ha convertido en una declaración “globalmente” consensuada.
Desde 2007, los gobiernos nacionales han comenzado a contribuir de forma mucho más activa con los objetivos de la Carta de la Tierra (Earth Charter). Como ejemplos, el Ministerio del Medio Ambiente de Brasil firmó un acuerdo para promover la Carta de la Tierra en cada sector de la sociedad brasileña, así como a nivel internacional. Muchos otros estados y ciudades han entrado en acuerdos similares con esta organización.

Posteriormente se creó la CTI , la Carta de la Tierra Internacional con objeto de difundir y fomentar la visión y la misión de la Carta de la Tierra.

El papel del Consejo de la Tierra en la Carta de la Tierra ha sido fundamental como puede deducirse de este discurso de Máximo Kalaw (ver inserto abajo), director ejecutivo del Consejo de La Tierra en el foro australiano sobre la Carta de la Tierra en 1999.



El papel del Consejo de la Tierra en la Carta de la TierraMaximo Kalaw, Director Ejecutivo del Consejo de la Tierra
Foro Nacional Australiano sobre la Carta de la Tierra
5-6 de febrero, 1999
del Sitio Web EarthCharterInAction

Primeramente, quisiera rendir homenaje a los organizadores de la reunión.

En lo que quisiera extenderme en el debate sobre el papel que tiene el Consejo de la Tierra dentro del proceso de la Carta de la Tierra, es quizás la necesidad de ahondar aún más en el significado del proceso mismo. Estamos frente a una iniciativa llamada Carta de la Tierra que puede ser vista con dos procesos complementarios:
(a) el de redacción de un texto, el cual debe ser elaborado como resultado de un dialogo mundial de la sociedad civil y luego de los gobiernos, en la definición de sus valores compartidos en la promoción de la sustentabilidad
(b) el proceso de internalización de los valores fundamentales para la sustentabilidad en la toma de decisiones de cada uno de nosotros. Son dos los procesos que existen y me gustaría profundizar en el segundo
De lo que quisiera platicarles es de lo siguiente: Nuestra intención ha sido crear una Carta de la Tierra que perteneciera a la gente - una a la cual la gente pudiera contribuir y a la cual tuviera acceso. Este documento no es el final; es solamente el principio de ese proceso.

Nosotros lo llamamos el proceso de valoración y diferenciación. El propósito, como lo indiqué, es que pertenezca a la gente, y ésta pueda decir, "Yo contribuí con eso" - no los equipos de expertos y burócratas de la ONU, sino gente común y corriente. Por lo tanto, la gente podrá identificarse con el proceso en función de su propio comportamiento personal y en función de los organismos sociales a las que pertenecen y los regímenes políticos que ellos apoyan.

Les daré algunos de los principales procesos que el Consejo de la Tierra está ayudando a promover para la profundización del proceso de valoración. Para que la Carta de la Tierra revista autenticidad, deberá abordar los deseos del pueblo:
"¿Me ayudará a superar mi pobreza?"
"¿Me ayudará a conseguir agua potable?"
"¿Me ayudará a lograr la paz en mi comunidad o pueblo?"
"¿Me ayudará a comprometerme más con mis semejantes y con la Tierra?"
A menos que podamos contestar "sí" a las anteriores interrogantes, estaríamos perdiendo nuestro tiempo. No se puede llegar a un pueblo y exclamar, "¡Eh! vean que documento más hermoso", más no ser capaz de responder a la pregunta, "¿Qué puedo hacer para mejorar la situación de esta gente?"

Ya sea que seamos del hemisferio norte o sur, hemos de enfrentar las realidades de la situación. Es muy interesante notar que cuando el Informe de Desarrollo del PNUD fue citado por el New York Times y por CNN, fue denominado "Los Hechos según Kofi", con las pequeñas notas al pie del Secretario General, tales como:
"El 80 por ciento de todo el consumo mundial lo hace la quinta parte superior de la humanidad, y sólo el 1,3 por ciento es consumido por la quinta parte inferior de la humanidad"

"Los gastos en cosméticos en los Estados Unidos suman $2.000 millones más de lo que se necesitaría para alimentar a los pobres con sus requerimientos básicos"

"Los europeos gastan $17.000 millones en sus mascotas - $4.000 millones más de lo que se necesitaría para garantizar la nutrición y servicios de salud para toda la población mundial".
Si tomamos seriamente la responsabilidad de velar por la Tierra y su gente, entonces estos asuntos son en verdad serios. A menos que podamos decir que tomamos en serio este enfoque a nivel de pueblo, entonces la Carta de la Tierra no podrá ser la Carta de la Gente.

Podríamos obtener quizás las principales fuerzas de globalización y algunos valores universales, pero si no somos capaces de localizarlos para que la capacidad sostenible local pueda hacer viables a las comunidades locales, entonces la globalización tampoco podrá ser viable. No se puede tener un cuerpo saludable, si contiene células enfermas - sería una contradicción de terminología. Por ende, lo que es importante abordar son las necesidades del 70 por ciento de la familia humana que vive en esta situación.

En segundo lugar, debemos reconocer en el proceso - que la diferenciación humana es una realidad. Debemos aceptar que existen diferencias de credos, de perspectivas del mundo, de prácticas culturales, y aún de valores morales entre los moradores de la Tierra. Esto forma parte de la realidad, como también forma parte de los recursos de la familia humana.

La principal tarea es que de esas diferencias debemos crear una cooperación común y responsabilidades comunes. Se ha puesto sobre el tapete la pregunta:
"¿Qué haríamos si tuviéramos varios países con sus propias cartas de la tierra nacionales?"
A mi entender, este sería un paso necesario. Uno de los principios que hemos aprendido en este proceso en más de 35 naciones es que debemos afirmar, reconocer y respetar las identidades de los distintos pueblos.

Debemos respetar su identidad cultural y espiritual, y así estimularlos para que utilicen el borrador de la carta para evocar sus propios valores y reforzar dicha identidad. Porque sin respeto no puede haber cooperación. A no ser que les mostremos primero que afirmamos su identidad y, por lo tanto, su derecho de ser capaces de expresarse en términos que tienen un significado para ellos, no podremos contribuir hacia una responsabilidad global y universal.

Lo anterior es fundamental. Así que estimulemos a los grupos y países para que elaboren su propia carta grupal o nacional. Sin embargo, debemos colocarlos a todos dentro de una escala de valores común - ¿con qué podrán ellos contribuir hacia la responsabilidad universal de cuidar de la familia global y del proceso de vida global de la Tierra? Tiene que ser de esta manera. El respeto y la autoridad son elementos necesarios para poder desplazarnos desde la competencia y el conflicto a la cooperación.

El tercer factor del proceso de valoración es el siguiente: ¿Qué sucederá después de que se apruebe la Carta?

El proceso de valoración de los principios de la Carta de la Tierra no podría ser significante ni efectivo, si estos no fueran interpretados para por lo menos cuatro áreas básicas en cuanto a su relación con las metas de dicho proceso. Podrían leer estas bellas palabras, pero a menos que signifiquen algo para ustedes y éstas no logren afectar su comportamiento, realmente no producirán cambio alguno. Para esto se requiere de un proceso distinto. Requeriría de cierta reflexión, silencio, meditación y de un proceso introspectivo. Esto es parte del proceso de valoración.

Asimismo, el proceso de la Carta de la Tierra deberá traducirse en ética laboral, en nuestro sistema educativo y enseñanzas religiosas. Los procesos necesitan discernir la forma en que los médicos, abogados y demás profesionales pueden integrar este principio a sus códigos de conducta. Por ejemplo, la Organización Mundial de Ingenieros ha logrado avanzar mucho hacia la adopción de algunos principios en sus propios códigos de ética. En el Reino Unido hay un movimiento orientado a integrar una porción de esos principios, como parte del juramento Hipocrático que hacen los médicos, para que se integre a su ética laboral. A menos que se traduzca en esta forma, realmente no cobrará ningún significado efectivo.

En México, el gobierno ha legislado a favor de que los principios de la Carta de la Tierra se conviertan en parte del curriculum educativo de segunda enseñanza de ese país. La Iglesia griega ortodoxa rusa ha adoptado una posición muy estricta en lo que se refiere a la destrucción ambiental, denominándola un pecado ecológico.

Esto resulta operativo y tiene sentido práctico.

A nivel político, estamos manifestando, aún antes de que se inicie el debate en el proceso intergubernamental de la ONU -de hecho, hay un chiste que dice que si se introdujeran los Diez Mandamientos en ese proceso, todos aparecerían entre paréntesis-existe la necesidad de que estos principios de integren a la Agenda 21 nacional de cada país.

Cualquier negociación en la ONU se beneficiaría con el respaldo firme de países que ya hayan aceptado estos principios. Esto es lo que está intentando hacer el Consejo de la Tierra en 56 países, donde está trabajando con consejos nacionales para el desarrollo sostenible (NCSD) - para poner esto sobre el tapete como un marco de referencia ético para su plan nacional de desarrollo. Cuando lo llevemos a un nivel más elevado de políticas internacionales en la ONU, esto servirá de trampolín para ese debate.

El proceso de redacción de una Carta como esta no sería suficiente. Tendría que venir acompañado de distintos mecanismos; debería conllevar una legislación - no sólo a nivel de la ONU, sino en términos de que se traduzca en legislaciones nacionales y comunitarias. Precisamente, éste es uno de los tópicos de dicha Carta en el que está laborando el Consejo de la Tierra. Necesitamos crear un marco de referencia legal fundamentado en los principios de la Carta de la Tierra.

Nosotros debemos ser capaces de reunir a las múltiples disciplinas que enlazan las diferentes esferas de valores en una entidad de recursos de conocimientos, a la que tengan acceso las personas. Lo que intentamos enlazar aquí realmente no son solamente las generaciones, sino también los paradigmas. Estamos vinculando distintas clases de perspectivas del mundo, y esta es en verdad la parte más difícil: la forma de entrelazarlo todo de manera que cada una de las esferas de valores -la económica, la sociológica, la religiosa-puedan integrarse para desarrollar un marco de referencia ético común para el futuro de la humanidad.

Creo que así debería ser el proceso, a fin de convertir todo esto en algo más significante. De hecho, ya está sucediendo con frecuencia en todos los países, particularmente en Latinoamérica y Europa Central, donde se ha convertido en un movimiento - un movimiento que pareciera ofrecer una promesa y una alternativa política al capitalismo neoliberal y a la ideología socialista centralizada. La gente ha ido paulatinamente adoptando un concepto que quizás esté basado en sus propios valores culturales y espirituales, y que al mismo tiempo esté enfocado hacia el desarrollo sostenible.

Porque lo que estamos moldeando aquí es realmente una consciencia común, una mentalidad global. Estamos creando un tipo de valor común para una sociedad global. Pero sobre todo, se trata de crear un alma global, y sé que ustedes tienen mucho que contribuir en este sentido.

Me siento muy complacido de saber sobre los esfuerzos que se han dado en Uruguay en este mes de junio, y les insito a que de hecho participen en este proceso de creación de una nueva ética global para el desarrollo sostenible en forma de una Carta de la Tierra.

Muchas Gracias.


El discurso dice interesantes cosas como ésta:
“En México, el gobierno ha legislado a favor de que los principios de la Carta de la Tierra se conviertan en parte del curriculum educativo de segunda enseñanza de ese país. La Iglesia griega ortodoxa rusa ha adoptado una posición muy estricta en lo que se refiere a la destrucción ambiental, denominándola un pecado ecológico. Esto resulta operativo y tiene sentido práctico”.

“El proceso de redacción de una Carta como esta no sería suficiente. Tendría que venir acompañado de distintos mecanismos; debería conllevar una legislación - no sólo a nivel de la ONU, sino en términos de que se traduzca en legislaciones nacionales y comunitarias”.

“Estamos vinculando distintas clases de perspectivas del mundo, y esta es en verdad la parte más difícil: la forma de entrelazarlo todo de manera que cada una de las esferas de valores - la económica, la sociológica, la religiosa - puedan integrarse para desarrollar un marco de referencia ético común para el futuro de la humanidad.”

“De hecho, ya está sucediendo con frecuencia en todos los países, particularmente en Latinoamérica y Europa Central, donde se ha convertido en un movimiento - un movimiento que pareciera ofrecer una promesa y una alternativa política al capitalismo neoliberal y a la ideología socialista centralizada.“

“La gente ha ido paulatinamente adoptando un concepto que quizás esté basado en sus propios valores culturales y espirituales, y que al mismo tiempo esté enfocado hacia el desarrollo sostenible.”
Aquí tenemos la oportunidad de leer en español un folleto informativo sobre la Carta de la Tierra. A simple vista, la mayor parte del contenido de la visión o la misión sobre sus objetivos parecen tremendamente razonables.

La introducción del folleto que nos sirve para entender cual es su punto de partida formal dice:
“El mundo está experimentando profundos cambios ambientales, sociales, económicos y enfrenta un futuro incierto. Es esencial adquirir un compromiso con un marco ético compartido que ofrezca un claro sentido de orientación para lograr que los pueblos del mundo se unan en medio de su diversidad y establezcan una sociedad global que sea justa, sostenible y pacífica.

La Carta de la Tierra es una expresión de esta aspiración general de la emergente sociedad civil entorno a una visión compartida de un mundo mejor.”
Si uno se encuentra esto en una nota de prensa sin conocer absolutamente nada de lo que ha rodeado el origen de la Carta de la Tierra, probablemente dirá que esto es bastante razonable y que no ve nada de malo en ello. Pero una aproximación más exigente nos muestra claramente las mentiras y trampas ocultas en todo esto.

La Carta de la Tierra NO ES DE NINGÚN MODO UNA INICIATIVA DE LA SOCIEDAD CIVIL como hemos visto.

Ha sido impulsada desde una agenda que arranca, con total certeza, hace al menos 17 años y, con toda seguridad mucho antes, desde organizaciones e intereses de una elite como lo demuestra el hecho de que el Co-presidente del Consejo de la CTI, quien firma este documento no es otro que Steven C. Rockefeller, otro viejo conocido nuestro.

Ha sido impulsada desde miles de organizaciones y think tanks creados para tal fin, para presentarnos posteriormente que esa Carta de la Tierra ha sido avalada y consensuada con organizaciones civiles y nuestros gobiernos nacionales y locales, que son quienes nos representan.

Esa elite y quienes aspiran al gobierno mundial son los impulsores de esa sociedad global, pretendidamente,
“más justa, más sostenible y más pacífica de un mundo mejor”.
El mundo modelado por ellos nunca ha sido “mejor”, es decididamente peor y todos los pasos que dan para modificarlo a su gusto lo convierten en infinitamente peor. Los conceptos de “sostenibilidad” y el “respeto por el medio ambiente” están muy marcadamente presentes en el contenido de la Carta de la Tierra.

Podemos apostar que este concepto es parte de la retórica fundamental para maquillar todo el proyecto que también nos menciona,
“la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico equitativo, el respeto a los derechos humanos, la democracia o la paz”.
Ya sabemos que no es otra cosa que la Neolengua de Orwell en 1984di “paz” cuando quieras decir “guerra”.

Quienes dirigen esta agenda convenientemente definida por la retórica, se sientan en los Consejos Directivos de las Corporaciones y los Gobiernos que toman la dirección exactamente opuesta a cualquier concepto de sostenibilidad, paz o erradicación de la pobreza.

Pero ¿alguien cree que los incautos internautas votarían afirmativamente a una Carta de la Tierra que dijera que el objetivo es crear un marco de control global, sobre una masa homogénea de borregos eliminando las resistencias y diferencias culturales, lingüísticas, éticas, espirituales o económicas previamente?.

Es bastante claro que no.

(Como tampoco hubieran votado tan alegremente una iniciativa como la de “Pónle freno” en España si hubieran sabido que el objetivo oculto del proyecto que prometía señalizar los puntos negros en las carreteras españolas era en realidad colocar cámaras de vigilancia en todos los puntos “negros” para tomar bonitos primeros planos de las infracciones y recaudar más y mejor.)
Tenemos que dejar de ser tan infantiles e incautos. O no iremos a ninguna parte.

Esa Carta de la Tierra en su “Visión” recoge la necesidad de un marco ético compartido. ¿Qué significa esto?

Acordaros de l tema de la “ética” que gravita en asuntos como la “Educación para la Ciudadanía”.
“La ética que ellos entienden no es otra cosa que la autocrítica, la autocensura y la autoaniquilación de la diferencia”.
Es el método “pacífico” y barato de eliminar resistencias. Eliminar primero las resistencias internas por medio del propio individuo.

Si convenzo a alguien de que robar para comer es “anti-ético” (sociedades anteriores nunca lo consideraron así) evitaré gastos posteriores en la implantación de mi régimen policial y de “reinserción en la sociedad”.

Un buen lavado de cerebro tiene un valor en el mercado muy alto y unos costes relativamente bajos, especialmente si se lleva a cabo desde las instituciones educativas de masa y los medios de comunicación.

Y éste es el objetivo.

En la página 3 de ese documento podéis ver que una de las metas no es otra que,
“Exhortar y prestar apoyo educativo al uso de la Carta de la Tierra en escuelas, universidades, comunidades ecuménicas, comunidades locales y muchos otros entornos” además de “Promover el reconocimiento y el uso de la Carta de la Tierra como un documento de Ley Blanda”.
 

¿Qué es eso de Ley Blanda?

En derecho se distingue entre Ley Dura (Dura Lex) y Ley Blanda (Lex Mollis).

Poca información he podido encontrar acerca de la diferencia histórica entre ambos conceptos, sin embargo este documento de setiembre de 2007 de la Comisión Europea me aclara algunas cosas importantes:

En la primera página de este documento, sobre el “Uso de la Ley Blanda y que viene a decir en pocas palabras,
“considerando la ambigüedad consabida del concepto de Ley Blanda, considerando que no debería aceptarse o reconocerse la distinción entre ley dura o ley blanda por ser una aberración conceptual, considerando que una ley blanda no ofrece una plena protección judicial, (etc., etc.,) debería evitarse su uso en las resoluciones y documentos de la Comisión o usarse con mucho cuidado”.
Está claro al menos esto: una Ley Blanda es un instrumento abierto a la interpretación, la ambigüedad. Y esta Carta de la Tierra es considerada unaLey Blanda.
 


¿Qué relación tiene todo esto con la Nueva Era?

Si continuamos leyendo el discurso de Maximo Kalaw sobre la Carta de la Tierra (inserto arriba) dice:
“Porque lo que estamos moldeando aquí es realmente una consciencia común, una mentalidad global. Estamos creando un tipo de valor común para una sociedad global. Pero sobre todo, se trata de crear un alma global, y sé que ustedes tienen mucho que contribuir en este sentido”
Se trata de crear un alma global. ¿Un alma global?

Muchos de nosotros hablamos sobre la importancia vital de la Religión en todo este tablero y en la Agenda Illuminati. Por el contrario, muchos ciudadanos viven instalados todavía en la idea de que todo se trata de grandes empresas y grandes beneficios frente a los pobres y desamparados consumidores y esclavizados ciudadanos, con los intermediarios políticos como relleno del bocadillo, con sus dos caras, su corrupción y su doble lenguaje.

Pero hay más, ¡mucho más!.

Esta gente quiere implantar con su Agenda un “ALMA GLOBAL”. Lleva años haciéndolo, en realidad y muchos de los conceptos ya se han colado en la casa de millones de personas que la han consumido sin comprender lo que hay detrás de este proyecto.

Nosotros podemos estar discutiendo aquí si el alma existe o no existe pero ellos, por medio de una legislación “blanda”, “dura” o “semi-suave”, según convenga en cada ocasión, nos impondrán un “ALMA GLOBAL” diseñada durante años para nosotros.
 


¿Y qué dice oficialmente de todo esto el Vaticano?
Michel Schooyans, representante del Vaticano ante las Naciones Unidas denuncia,
«la ambición de la ONU por entronizar un sistema de pensamiento único, en el que se legitime y cree un gobierno mundial».
Según él,
«Bajo el disfraz de responsabilidad compartida, la ONU invita a los Estados a limitar su justa soberanía».

“De esta manera, Naciones Unidas se presenta cada vez más como un superestado mundial. Tiende a gobernar todas las dimensiones de la vida, del pensamiento y de las actividades humanas, ejerciendo un control cada vez más centralizado de la información y del conocimiento.”

"Se argumenta que no somos capaces de alcanzar la verdad respecto de la persona, y que inclusive dicha verdad no es accesible o no existe"
Schooyans denuncia que la Carta de la Tierra sería invocada no sólo para superar a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino también para reemplazar al propio Decálogo (los 10 Mandamientos), como ya anunció Mijaíl Gorbachov, uno de los promotores de estas iniciativas globales.

Schooyans cree que,
"para consolidar dicha visión holística del globalismo deben ser allanados algunos obstáculos por parte de la ONU."
Las religiones en general, y en primer lugar la religión católica, según Schooyans, figuran entre los obstáculos que se deben neutralizar. Fue con ese objetivo que se organizó, dentro del marco de las celebraciones del milenio en septiembre del 2000, la Cumbre de líderes espirituales y religiosos, a la que el Vaticano no dejó de asistir.

El objetivo es lanzar una iniciativa unida de las religiones que tiene entre sus objetivos velar por la salud de la Tierra y de todos los seres vivos.

De manera que esta religión mundial, el New Age, la Nueva Era se oculta detrás de la “Ecología”, “El calentamiento global”, “el desarrollo sostenible” y toda esta serie que conocemos tan bien...

Fuertemente influenciado por la New Age, dicho proyecto apunta a la creación de una nueva religión mundial única, lo que implicaría inmediatamente la prohibición a todas las otras religiones de hacer proselitismo.
«Para la ONU, la globalización no debe envolver apenas las esferas de la política, de la economía, del derecho; debe envolver el alma global».
Representando al Vaticano, el cardenal Arinze no aceptó firmar el documento final, que colocaba a todas las religiones en un mismo pie de igualdad.

Para entender la posición del Vaticano respecto a este asunto hay que recordar el punto de partida: es una lucha por el poder, no de principios, porque si el Vaticano no buscara fervientemente liderar este proyecto global, habría denunciado hace tiempo ya la Agenda que el mismo Vaticano ha identificado tan perfectamente bien.

Si de verdad el Vaticano estuviera en contra de esta globalización espiritual, la denuncia del Vaticano, contra la ya consensuada y ampliamente difundida Carta de la Tierra, estaría sonando alto y claro desde sus organizaciones eclesiásticas, páginas Web, sistemas de comunicación de masas y demás plataformas controladas por ellos; estaría denunciando lo que hay detrás de las organizaciones de la Nueva Era, estaría denunciando la complicidad de los Gobiernos, estaría denunciando el objetivo detrás de la Agenda de la Carta de la Tierra: Crear un alma global.
No oímos nada sobre esto porque lo que aquí se está “cociendo” es una pugna por el poder y el liderazgo de este proyecto ambicioso.
 
por Juan C. Sanahuja
del Sitio Web Mercaba


Con la intención de subordinar al Mundo a los "valores" del Discurso Cultural Dominante que quiere imponer el Nuevo Orden Mundial varios organismos de la ONU, y paralelos, con la complicidad de muchos gobernantes nacionales, y en contra de los intereses de sus pueblos, están preparando, a través de diversas conferencias internacionales, "una única agenda para el gobierno mundial"

Ésta somete a los intereses de una minoría privilegiada al resto de la Población.

Altas instituciones internacionales, y con la participación de muy influyentes personajes ser reunieron a finales del año 2001 para prepararn la reunión Rio + 10

Las declaraciones finales de estas reuniones, además de muchos lugares tópicos, en los que no se podría dejar de estar de acuerdo por ser generalidades de buena voluntad, sin embargo incluyen conclusiones que traslucen las verdaderas intenciones de los objetivos de estos encuentros de la plutocracia mundial

En el mismo sentido, los discursos de algunas de las autoridades no auguran nada bueno. Se advierte en estos planteos la sombra de la Carta de la Tierra. Aunque no se la nombra es clara la referencia a ese "código de ética de la nueva era, que sustituirá a los Diez Mandamientos", según el ex-premier soviético M. Gorbachov.

De todas estas reuniones preparatorias pera esta Cumbre, llamada Río+10, convocada para el año, se puede concluir que ha sido el momento elegido para "proponer al mundo" (imponer por parte de los instrumentos del "sistema") nuevos principios éticos, que incluyan la obligatoriedad de someterse a los dictados de la llamada "gobernabilidad global". Una de nuestras esperanzas es que esa reunión fracase por el enfrentamiento entre las tendencias más "socialistas" y las corrientes más "capitalistas", que se advierten en los organismos internacionales.

Cada año tiene para la ONU una meta, un objetivo. En el año 2001 la finalidad declarada fue la de destruir la familia sustrayendo a los niños de la autoridad de sus padres, en nuestras páginas hemos seguido este proceso global que aún no ha terminado. El objetivo de la ONU, y la constelación de ONG's que con ella trabajan, era consolidar su propósito en la Cumbre de la Infancia programada para septiembre pasado. La reunión fue suspendida por los criminales atentados terroristas de New York. La Cumbre sobre la Infancia, para conmemorar los 10 años de la segunda versión de la Convención de Derechos del Niño, se realizará en mayo de este año.

Sin embargo, este año ya tenía fijado el objetivo. Centrado en la Cumbre llamada de Río+10, (Sud Africa del 26-08-2002 al 4-09-2002, las fechas anteriores eran del 2 al 11 de septiembre), la meta es terminar de tejar los últimos acuerdos en orden a afianzar no sólo las políticas de control de población sino también un nuevo orden social para el mundo entero.

En efecto, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable (siglas en inglés WSSD), -ese es su nombre oficial-, el proyecto de dominio mundial de los países del norte ha centrado gran parte de sus esperanzas para imponer a todas las naciones, con categoría de dogma, una tríada indisoluble: 1) nuevos derechos humanos (entre ellos los llamados "reproductivos", -anticoncepción y aborto-); 2) desarrollo sustentable (perspectiva de género, sociedades sustentables, salud sustentable, educación sustentable, etc.); 3) conservación del medioambiente para las generaciones futuras, (es decir, reservar parte del mundo para que lo exploten los países ricos).

Dándole unidad a estos tres aspectos aparece ya un nuevo culto religioso o casi religioso, llámese Carta de la Tierra o con cualquier otro nombre.

Aunque en borradores posteriores de la Carta se ha tratado de moderar sus afirmaciones, reiteramos lo que hace un tiempo publicamos en estas páginas, porque entendemos que conserva toda su validez:

La Carta de la Tierra es un documento pensado en el seno del Consejo de la Tierra que preside Maurice Strong, ex-subsecretario general de la ONU, conocido impulsor de políticas compulsivas de control de natalidad. Del mismo consejo forma parte el ex premier soviético, que ahora vive en Suiza, Mikhail Gorbachov, fundador de la organización Cruz Verde Internacional. También intervinieron, entre otros, en su redacción el ex-Director General de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, Mercedes Sosa, y los difuntos Paulo Freire y Bella Abzug, entonces presidenta de WEDO, la Organización para el Desarrollo de las Mujeres y el Medio Ambiente, una de las poderosas ONG's con status consultivo en las Naciones Unidas, que busca, entre otras cosas, el reconocimiento del aborto como derecho humano y la equiparación de las parejas homosexuales a las heterosexuales.

La Carta de la Tierra fue presentada y aceptada por el Secretario General de las Naciones Unidas e incluida entre los documentos a aprobar por los Jefes de Estado en la Cumbre de la Tierra+5 (Río+5, Asamblea General de las Naciones Unidas, 23 al 27 de junio de 1997). Pero a pesar de que la falta de tacto de los funcionarios del Consejo para el Desarrollo Social, hizo que la oposición del bloque de países llamado Grupo de los 77 hiciera fracasar la iniciativa, la Carta de la Tierra no fue enterrada en junio de 1997 en Nueva York, sino que sigue en pie y goza de buena salud.

La Carta de la Tierra, como indica Gorbachov, es "el manifiesto de una nueva ética para el nuevo mundo", un verdadero "Decálogo de la Nueva Era", base para un código de conducta universal que deberá regir al mundo desde el año 2000. "Estos nuevos conceptos -dijo el ex premier soviético y antes jefe de la KGB-, se deberán aplicar a todo el sistema de ideas, a la moral y a la ética y constituirán un nuevo modo de vida. El mecanismo que usaremos, será el reemplazo de los Diez Mandamientos, por los principios contenidos en esta Carta o Constitución de la Tierra".

La Carta de la Tierra es un manifiesto materialista y pagano, es más, panteísta, que entre otras cosas intenta controlar férreamente la población mundial. Una de las explicaciones que le encuentran los expertos a este documento, es la de disfrazar de elevadas intenciones, -por el bien de la humanidad-, el proyecto de convertir grandes extensiones del planeta en el almacén de materias primas que asegure el sostenimiento de los hábitos opulentos de consumo de unos pocos privilegiados.

Si no es así, ¿por qué habla, con el acostumbrado lenguaje antinatalista de la ONU, de modos de "reproducción que respeten los derechos humanos y las capacidades regenerativas de la tierra"?. ¿Se impondrán cuotas de población a ciertas zonas del planeta, para preservar los recursos naturales?.

¿Por qué la insistencia de la Carta en conceptos que la ONU utiliza para disfrazar sus políticas de control de natalidad y sus proyectos de reingeniería social, como la equidad de género y la salud reproductiva y sexual de las niñas y las mujeres, como pre-requisitos para desarrollo sustentable?.

"La tierra, cada forma de vida y todos los seres vivientes poseen un valor intrínseco. Se debe garantizar el respeto y su cuidado", dice la Carta en su primer punto. Pero, ¿se desprende de esto que sólo el hombre tiene derechos absolutos, que le han sido dados por el Creador?, o por el contrario, ¿las piedras, las plantas y los animales, tendrían los mismos "derechos" que el hombre?.

Como lo declararon en Río de Janeiro en 1997, los redactores de la Carta están dispuestos a convertirla en "la única agenda para el gobierno mundial", es decir, es un propósito declarado, que la Carta es un proyecto totalitario, de imposición de una determinada ideología, que en su materialismo, en su ateísmo, y en su afán de control, coincide con el marxismo.

Desde hace tiempo la opinión pública está siendo sometida a un lavado de cerebro que trata de sustituir el concepto de respeto debido a la naturaleza, de raíz eminentemente cristiana, con los esquemas ecologistas de la nueva ideología del humanismo inmanentista.

Esta ideología no se priva de cultivar diversas formas de materialismo pseudo religioso, que asimiló algunas manifestaciones de misticismo oriental, a veces esotérico, y con eso procura descristianizar la sociedad e implantar un nuevo modo de interpretar toda la realidad. En los documentos internacionales se llama claramente a este empeño, proceso de reingeniería social.

El nuevo humanismo pretende salvar de un supuesto exterminio, por ejemplo, a las focas, ballenas, gorilas, manatíes, chitas, elefantes, diversas especies de mariposas, osos y cabras montesas, por otro, no sólo se justifica, sino que se tiene como una obligación "natural" procurar y provocar un verdadero y propio holocausto con leyes que autorizan el abominable crimen del aborto. Y esto en nombre de la paz y la armonía.

¿No es la matanza de millones de inocentes, el mayor atentado contra la paz? .

La nueva ideología se preocupa de las víctimas de la violencia, -refugiados, prófugos, excluidos y migrantes-, sometiendo a sus mujeres compulsivamente al aborto y a la esterilización, para que no sumen más de la cuenta y pongan en jaque "la gobernabilidad global".

Por su ecologismo, la nueva ideología está impedida para distinguir entre el ser humano y la bestia. No es infrecuente, por ejemplo, que en documentales de televisión sobre la vida silvestre, producidos por National Geographic, Audubon Society, la BBC, etc., se llame al chimpancé "nuestro hermano" o "nuestro primo" y, en general, no sólo se culpe al hombre de algunos desmanes que son ciertos, sino que se lo presente por definición como "el enemigo" de la naturaleza -el máximo depredador-, sin reconocer su dignidad trascendente y poniéndolo en pie de absoluta igualdad con los otros seres vivos, distinto de ellos sólo por pequeños porcentajes de ADN.

La nueva ideología rompe lanzas por mantener la naturaleza intacta, bosques, mares y montañas, pero desconoce las naturales diferencias entre hombre y mujer, tratando de imponer unos nuevos derechos, contrarios a la naturaleza misma, basados en la teoría del género y la libre opción sexual.

La nueva ideología predica incansablemente que el ser humano tiene como fin elevar propia calidad de vida, aún a costa de la vida de los no nacidos, los enfermos y los viejos. Busca una utópica felicidad intramundana, que el hombre sólo con sus fuerzas nunca podrá alcanzar. Así, reedita las teorías sobre el progreso sin fin de la humanidad.

A la vez, como quien conserva en un zoológico a un orangután albino, intenta preservar lo que llama culturas autóctonas, condenando -previa esterilización, para que no sumen más de la cuenta-, a otros seres humanos a la ignorancia y al subdesarrollo, porque la educación y la transmisión de conocimientos ha de ser sustentable, es decir, limitada.

El nuevo humanismo predica también el "respeto a la diferencia" buscando el reconocimiento de ciertos derechos para los homosexuales, provocando el disgusto de los indígenas, que se ven incluidos en la misma bolsa con esos "diferentes".

Pero en nuevo humanismo le niega "el respeto a la diferencia" a otros seres humanos que, por ejemplo, desean ser buenos cristianos, viviendo su fe en todo lugar y no sólo encerrados en su casa o en la iglesia; también se lo niega a una pareja -hombre y mujer; cristianos o no- que quiera tener una numerosa prole; también se lo niega a esos u otros padres que, ejercitando sus derechos inalienables, quieren transmitir a sus hijos una fe trascendente; y, por supuesto, el nuevo humanismo no ejercita el "respeto por la diferencia" con respecto a los médicos que por motivos éticos, no quieren ser cómplices del crimen abominable del aborto.

Toda diferencia que no entre dentro de las diferencias estipuladas por la nueva "nomenklatura" nacional o internacional es calificada por los voceros del nuevo orden, de antidemocrática, violenta, totalitaria y fundamentalista.

En la presentación de la Carta de la Tierra sus redactores afirmaron haber consultado a más de 300 líderes religiosos. Así, la Carta de la Tierra pretende vestir de una cierta espiritualidad al nuevo orden mundial.

Un proyecto similar en ideología e intenciones lo encontramos en el proyecto de Nueva Etica Global, que Hans Kung presentó hace pocos años en el Foro Económico de Davos, auspiciado por el World Wildlife Found (WWF, Fondo para la Vida Silvestre, del príncipe Felipe de Edimburgo). El ex teólogo católico dijo allí que no se puede construir el nuevo orden mundial sin su nueva ética planetaria. En la misma línea, Gorbachov se compromete a imponer la Carta de la Tierra en lugar de los Diez Mandamientos, porque es necesaria "una nueva ética para la nueva era".

Algunos han intentado unir estos dos proyectos y así constituir un "único paradigma mundial para la paz y la gobernabilidad global". Entre otras cosas, cabe preguntarse, ¿puede haber diálogo con este nuevo humanismo?, ¿se le puede conceder alguna buena intención a este totalitarismo?, ¿no debemos ir pensando más en cómo resistir que en cómo dialogar con este nuevo orden?.
Fuentes
Propias;
The Club of Rome, Press Release, Valdivia Conference, 12-14, Noviembre-2001;
Declaración Final de la Reunión del Club de Roma sobre "Pobreza, Solidaridad y Desarrollo Sostenible" en Valdivia, Noviembre 12-14, 2001;
2001 Annual Conference, Poverty, Solidarity and Sustainable Development, November 12-14, 2001, Programme;
Tasneem Ahmad Siddiqui, Presentation to the Club of Rome, Valdivia (Chile) on Nov. 13, 2001;
Message from His Royal Highness Prince El Hassan bin Talal of The Hashemite Kingdom of Jordan to The Club of Rome 2001 Conference Valdivia, Chile, 12th-14th November, 2001;
EQUIDAD Y SOLIDARIDAD: OBJETIVOS ESQUIVOS DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO, Palabras del Secretario Ejecutivo de la CEPAL, Dr. José Antonio Ocampo, en la reunión anual del Club de Roma, Valdivia, Chile, 12 de noviembre de 2001.

 
En un texto difundido por la Iglesia con la “boca pequeña” en el 2001 (hoy es difícil encontrarlo en Internet) denominado “La 'Carta de la Tierra', o como sustituir los diez mandamientos" (inserto superior), firmado por Juan C. Sanahuja se puede leer:
“El nuevo humanismo pretende salvar de un supuesto exterminio, por ejemplo, a las focas, ballenas, gorilas, manatíes, chitas, elefantes, diversas especies de mariposas, osos y cabras montesas, por otro, no sólo se justifica, sino que se tiene como una obligación “natural” procurar y provocar un verdadero y propio holocausto con leyes que autorizan el abominable crimen del aborto. Y esto en nombre de la paz y la armonía. ¿No es la matanza de millones de inocentes, el mayor atentado contra la paz?"
No puedo estar más de acuerdo con esta declaración.

He posteado sobre esto muchas veces en el blog, con el disgusto de muchos “verdes” que interpretaban mis palabras como contrarias al respeto por la naturaleza. Pero no, no tiene nada que ver con mi respeto particular. Tiene que ver con una treta y una estrategia que ha puesto en jaque a millones de personas con la película mal contada de la “ecología”y el “desarrollo sostenible” que ha sido financiada abiertamente por esos grupos elitistas que implantan punto por punto la Agenda Illuminati.

¿Qué 10 mandamientos querrán imponer en su lugar?

Tenemos la respuesta en un monumento existente llamado “Las Piedras Guía de Georgia”, un monumento de piedra en el estado americano de Georgia con un mensaje que consiste en un conjunto de diez directrices o principios. Está escrito en ocho idiomas diferentes: inglés, español, swahili, hindi, hebreo, árabe, chino antiguo y ruso.

El mensaje, traducido del inglés, dice así:
  1. Mantener la humanidad por debajo de 500.000.000 en perpetuo equilibrio con la naturaleza
  2. Guiar sabiamente la reproducción, mejorando la condición física y la diversidad
  3. Unir la humanidad con un nuevo lenguaje viviente
  4. Gobernar la pasión, la fe, la tradición y todas las cosas con una templada razón
  5. Proteger a las personas y a las naciones con leyes justas y tribunales imparciales
  6. Permitir que todas las naciones gobiernen internamente resolviendo sus disputas externas en una corte mundial
  7. Evitar las leyes mezquinas y los funcionarios inútiles
  8. Equilibrar los derechos personales con las obligaciones sociales
  9. Premiar la verdad, la belleza y el amor, buscando la armonía con el infinito
  10. No ser un cáncer para la tierra. Dejar espacio para la naturaleza, dejar espacio para la naturaleza
El monumento mantiene ese halo de misterio sobre ¿Quién lo puso allí y a qué se refiere ese decálogo?.

Para mi no puede estar más claro. Es un mensaje telegráfico de la “Carta a la Tierra” que ha sido “consensuada” con millones de personas, a través de miles de organizaciones.

¿Han votado millones de personas, que dijeron que “sí” a la Carta a la Tierra, a esto sin saberlo? Me temo que sí, han dado su consentimiento (no informado) a esto. Han respaldado la Carta de la Tierra con esta declaración.
“Nosotros los abajo firmantes hemos avalado el espíritu de la Carta de la Tierra. Adoptamos el espíritu y los objetivos de documento. Nos comprometemos a unirnos a la alianza mundial para un mundo justo, sostenible y pacífico y a trabajar para la realización de los valores y los principios de la Carta de la Tierra”.
Millones de individuos y organizaciones han respaldado ese “espíritu”, esos “objetivos”, esos “valores” y esos “principios” sin entender realmente lo que hay detrás de ellos.

Por supuesto, los promotores de la Carta de la Tierra niegan la mayor, dicen no pretender “imponer una religión global” , ni pretender reemplazar a las religiones. Dicen que donde la Carta a la Tierra menciona “a la reverencia ante el misterio del ser”, cada religión puede reemplazar la palabra “ser” por lo que más le guste.

Echemos un ojo a la página 13 del folleto de la Carta a La Tierra para conocer a los Miembros de la Comisión.

Nos suenan algunos nombres, como:
  • Steven Rockefeller
  • el español José Mayor Zaragoza
  • Maurice Strong (presidente Canadá)
  • Mercedes Sosa (Argentina)
  • Mikail Gorvachev (Rusia)
Si vais a la página 16 del documento pdf veréis que el Nombre de la cuenta para hacer contribuciones a la Carta de la Tierra no deja lugar a duda:Rockefeller Philantroply Advisors, en el Banco JP Morgan/Chase Private Banking.

En ese documento hasta podéis ver el presupuesto básico del proyecto, desglosado en tres grandes grupos: Básico, Juventud y Religión (pág 19). De manera que ya no tendremos que preguntarnos mucho más sobre el por qué le damos tanta importancia al asunto de la Religión en este blog.

La religión es una pieza fundamental de la estrategia que han preparado para nuestro futuro.

Nosotros tenemos que aclarar nuestras ideas, depurar conceptos, comprender quién es quién y cual es su objetivo antes de que esa Agenda sea implementada a todos los niveles y seamos incapaces de documentarnos porque entonces no tendremos la posibilidad de buscar la verdad que ahora tenemos al alcance de nuestra mano para que la guardemos después en algún lugar bien seguro en nuestros corazones y en nuestra memoria, para que nuestros hijos puedan heredarla cuando la Mentira Global sea la única moneda de uso legal en el planeta.

La Carta de la Tierra consta de 16 “Mandamientos” o “principios”. Muchos de ellos nos parecen ya perfectamente “naturales” porque los leemos después de que muchas políticas al respecto ya hayan sido implementadas en nuestros países, al respecto del “respeto por la naturaleza”, “el reciclaje”, “la reproducción”, y aprovecha todos sus recovecos para introducir aspectos absolutamente controvertidos, como es (ver Principio 8c) que la información genética de individuo sea de dominio público.

El plan de la elite Illuminati es ambicioso, sumamente ambicioso y toda esta estudiada y hermosa verborrea New Age, llena de retórica, se expresa en esencia en los 10 principios recogidos en las Piedras Guía de Georgia que me permito “traduciros” un poco más por medio de mi comentario en mayúsculas para que no quede lugar a dudas:
  1. Mantener la humanidad por debajo de 500.000.000 en perpetuo equilibrio con la naturaleza. (GENOCIDIO HUMANO GLOBAL)
     
  2. Guiar sabiamente la reproducción, mejorando la condición física y la diversidad. (ABORTO y APOYO MASIVO AL CONTROL DE LA REPRODUCCIÓN HUMANA)
     
  3. Unir la humanidad con un nuevo lenguaje viviente. (EL INGLES)
     
  4. Gobernar la pasión, la fe, la tradición y todas las cosas con una templada razón. (LAS EMOCIONES DEBEN DEJARSE APARTE, SOLO EL PLAN TRAZADO TIENE LUGAR AQUÍ PARA EL FUTURO)
     
  5. Proteger a las personas y a las naciones con leyes justas y tribunales imparciales. (ESTABLECIDOS POR EL GOBIERNO MUNDIAL PARA EL MEJOR DOMINIO DE SUS SÚBDITOS)
     
  6. Permitir que todas las naciones gobiernen internamente resolviendo sus disputas externas en una corte mundial (GOBIERNO MUNDIAL A TODOS LOS NIVELES)
     
  7. Evitar las leyes mezquinas y los funcionarios inútiles. (EVITAR LEYES QUE AL NUEVO GOBIERNO MUNDIAL NO LES SEAN ÚTILES)
     
  8. Equilibrar los derechos personales con las obligaciones sociales. (EL INDIVIDUO VIVE PARA LA SOCIEDAD, LA LIBERTAD PERSONAL ESTA SERIAMENTE LIMITADA)
     
  9. Premiar la verdad, la belleza y el amor, buscando la armonía con el infinito. (EN EL MARCO DE LA RELIGIÓN DE LA NUEVA ERA, LO “BONITO” SE PREMIA, AUNQUE ESTE ESPIRITUALMENTE MAS HUECO QUE UN COCO.)
     
  10. No ser un cáncer para la tierra. Dejar espacio para la naturaleza, dejar espacio para la naturaleza. (EL SER HUMANO ES UN INCORDIO PARA EL DESARROLLO DE LA NATURALEZA. ANTE LA DISYUNTIVA ENTRE UNA COMUNIDAD HUMANA Y UNA ANIMAL, PRIMARÁ LA ANIMAL, SIN DUDA ALGUNA)
Enlace a la La Carta de La Tierra en castellano.
www.bibliotecapleyades.net

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